Nuestra Historia
La vocación por la medicina en la familia comienza hace más de un siglo con el doctor Manuel de Brioude y Pardo (1885-1932).
Nació en Sevilla, de padre francés y madre española. Brioude fue una persona implicada en el campo científico de la medicina del S. XX, aunque también destacó en otros ámbitos como la música o la política, consiguiendo compaginar a la perfección todas las áreas.
Centrándonos en el ámbito de la medicina, desde siempre demostró su capacidad para desarrollarse cómo médico, licenciándose en Medicina y Cirugía con el premio extraordinario de licenciatura en el año 1907 por la Universidad de Sevilla. Tan sólo 1 año después, en 1908 reúne los conocimientos necesarios y obtiene el título de Doctor en Medicina y Cirugía. Ese amor y conocimiento por la medicina le hizo intervenir en la prensa y revistas especializadas españolas y francesas, sus dos lenguas maternas, escribiendo artículos de tratamiento y análisis clínicos. También destacaban sus conferencias de carácter científico. Las publicaciones le llevaron a tener una gran reputación como médico, tanto es así, que la prensa local eligió al doctor Brioude para que diera consejos sobre cómo tratar los casos de “tifus” y así evitar la pandemia en la ciudad.
El doctor Brioude desarrolla su labor cómo médico en su clínica de Sevilla capital. Ésta siempre contaba con los últimos adelantos científicos, siendo posible el tratamiento por rayos X, electricidad, aire, rayos ultravioletas y ozono, siendo éstos elementos muy novedosos en la época. También contaba con el material necesario para las operaciones quirúrgicas y que debían guardar cama, mostrando así la gran versatilidad del doctor Brioude. En su vida cómo médico siempre destacó su trato atento y cálido a los pacientes, trasladando al paciente hasta su clínica si éste no pudiera ir en condiciones ordinarias o desplazándose él mismo al lugar del paciente para tratarlo. En esa línea de ayudar al enfermo más necesitado, fundó en 1928 una consulta médico-quirúrgica gratuita para los socios y familias de la Cámara de Inquilinos.
Brioude apostó por el crecimiento de Sevilla y es en esta lucha, cuando llega al Ateneo. Siempre luchó por el crecimiento cultural de la ciudad, centrándose en el Ateneo su faceta musical. En éste, llevó a cabo una gran cantidad de conciertos de piano y llegó a participar en la celebración del III Centenario de la muerte de Cervantes cómo músico. Debido a esta vinculación con el Ateneo y su conocimiento como médico altamente conocido en la sociedad sevillana, es nombrado en el año 1916 miembro de la Junta Directiva cómo vicepresidente de la Mesa de Medicina.
También dedicó gran parte de su vida a la educación. En el año 1914 consiguió mediante oposición el puesto de “Auxiliar numerario del 3º grupo” de la Facultad provincial de Medicina de la Universidad de Sevilla. Tan sólo seis años después, en el año 1920, le fue concedida la “Cátedra de Higiene con prácticas de Bacteriología Sanitaria” y en 1929 la “Cátedra de Patología Tropical”. Brioude será el primero en ocupar la “Cátedra de Patología Tropical” en la Universidad de Sevilla, convirtiéndose en un referente en este ámbito a nivel nacional. Puestos que ocuparía hasta su fallecimiento en 1932.
Cómo buen científico también se desarrolló en la rama de la investigación. En esta labor, se centra en la Antroposofía a través de la rama de la medicina. En 1920/21 publica su obra: “Antroposofía: Biología, Fisiología, Embriología”. La medicina antroposófica propone la curación mediante unas terapias alternativas y en la mente de Brioude, mediante la música. Idea que trabaja durante toda su carrera profesional, uniendo dos de sus pasiones. Debido a su experiencia cómo médico y a su afán de investigador, el Gobierno pensionó a Brioude para que realizara una investigación en Fernando Poo (Guinea) en el año 1924 con una duración de dos años. La experiencia del viaje le hizo un experto en enfermedades tropicales, convirtiéndose en un referente en diagnóstico y tratamiento de las mismas. En España no se investigaba en este ámbito y fueron Brioude en Sevilla y el doctor Pittaluga en Madrid quienes impulsaron esta rama de la medicina cómo una parte imprescindible en la atención sanitaria en España. Esta convicción era debido a la gran cantidad de personas que padecían estas enfermedades endémicas en el país. La Universidad de Sevilla le becó en el año 1929 para que viajara a los principales centros europeos en los que se investigaban las enfermedades tropicales. En este viaje indicó a Ginebra como el lugar ideal para su curación debido a los métodos allí utilizados. Fue uno de los temas que más le interesó y en los que más investigó en los últimos años.
En 1932 un aneurisma acabó con su vida con tan sólo 47 años de edad. Su viuda, Rosario del Toro, contó que operó la misma mañana de su muerte. Brioude fue una persona activa e implicada con la investigación médica desde el principio hasta el final de sus días, pero nunca descuidó a sus pacientes. Estando éstos siempre en un ambiente familiar con el médico. Siempre se ha destacado su amabilidad y trato con el enfermo.
Tras el paso de tres generaciones, su bisnieta Elena Rodríguez decide estudiar por la vocación heredada la carrera de medicina. En el desempeño de su trabajo, abre una clínica médica y en honor a su bisabuelo, encontramos el apellido en el nombre del centro. Una clínica que nace con los mismos parámetros que estableció Brioude en la suya, familiaridad y amabilidad con el paciente. Es así cómo nace este Centro Médico Brioude en Sevilla.
Con la misma idea de vanguardia que tendría el doctor Brioude en su clínica, en el Centro Médico Brioude fuimos pioneros en España en acoger una consulta de seguimiento farmacéutico en el año 2005.
Así, desde hace más de 20 años cuidamos de nuestros pacientes con empatía y cariño.A lo largo de los años hemos ido creciendo e incorporando nuevas especialidades, contando actualmente con más de diez diferentes.
Siempre intentando lo mejor para nuestros pacientes, con total confianza.